CAPÍTULO 20

(Donde el Apóstol Catódico lanza la versión 2.0 de la Epifanía) (1)

Habiendo escuchado en una audición radial que la leyenda de los Tres Reyes Magos no posee el menor asidero histórico y que, aún suponiendo que en verdad hubieran existido, no se sabe si fueron tres, quince o setenta y ocho, el Apóstol Catódico pensó modificar el mágico elenco real, para combatir la implícita discriminación que el culto a esa tríada irradia.

Así, entonces, el Apóstol Catódico decidió que, a partir de la Epifanía del año siguiente, los Tres Reyes Magos pasarían a ser los Siete Reyes y Reinas Magos.

En aras de lo políticamente correcto, el Niño Jesús sería reverenciado en el pesebre por cuatro magos y magas novatos, además de los conocidos Melchor (el anciano europeo de barba y piel blanca), Gaspar (el barbado mago de mediana edad, proveniente tal vez de Arabia, Persia o India) y Baltasar (el sufrido mago negro africano). Los nuevos magos serían Lin, la maga adolescente coreana, Dolores, la maga mestiza hispana, y los polémicos Ken, el mago gay canadiense, y Erja, la maga lesbiana finlandesa.

Para difundir el significado integrador de esta renovación de la liturgia, el Apóstol Catódico vendió los derechos de comercialización de los Siete Reyes y Reinas Magos a una compañía fabricante de muñecas. La empresa lanzó al mercado réplicas a escala de los Siete, que barrieron con la irreligiosa competencia de los Power Rangers, los Pokemon y las Spice Girls.

Los partidarios de la versión Beta de la Epifanía quedaron anonadados ante los beneficios espirituales que se derramaron en las cuentas bancarias del Apóstol, quien no cesaba de dar loas a Lo Alto por haberlo designado para difundir las Veinte Verdades a Medias de la Verdadera Fe.

(Continúa)

(1) El lector puede saltear la lectura de este capítulo, a los efectos de un mayor disfrute de la obra.

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