NOTAS AL PIE / ROMA, CIUDAD ABIERTA

Inauguramos una sección, Notas al Pie, cuyas características principales son por partes iguales una mirada lateral sobre el cine y la haraganería. Consistirá, en vez de una nota sobre un filme dado, en una serie de apuntes que normalmente irían como nota al pie en ese susodicho artículo; usando una metáfora de la TV en vivo, "material sin editar". Arrancamos con una de las más importantes obras del neorrealismo italiano, "Roma, ciudad abierta", de 1945. Luz, cámara... notas al pie.

* Ficha de IMDb sobre el filme.

* Ficha de Wikipedia en español sobre el filme.

* La miniserie de TV de los '80 "Escarlata y Negro" (con Gregory Peck, Christopher Plummer, John Gielgud, etc.) por momentos cita, cuanto menos, a "Roma, ciudad abierta"; cuanto más, le roba a mano armada. El paralelo Padre Pietro / Monseñor O'Flaherty es evidente, lo mismo que el hecho de que su contrafigura sea el máximo jerarca de las SS en Roma, Bergman / Kappler. El caso más flagrante: en las dos obras hay un fusilamiento de un cura; en ambas los soldados italianos marran sus disparos y no quieren volver a tirar, incómodos con tener que matar a un sacerdote católico; en ambas el oficial alemán remata al cura de un tiro en la cabeza.

* Está hecha con dos mangos y en medio del desastre de una guerra. No hay excusas para hacer películas malas, muchachos.

* Es el invierno de 1944. En Roma hay desesperación, miseria, hambre (se comen a los perros...) y hasta saqueos. Me hizo acordar a Argentina en el inolvidable verano de 2001-2002, sólo que acá no hubo una guerra. (¿No hubo una guerra?). El detalle del cura jugando al fútbol con los chicos la hace parecer todavía más argentina. Como decía Beto Gianola, las mejores películas argentinas las hacen los italianos...

* Los momentos de humor son casi seguramente obra de Federico Fellini, coguionista con Sergio Amidei. En general tienen que ver con el cura y tienen un toque zumbón e irónico muy fellinesco. Vean sino el diálogo en la santería (- "Quiero un San Antonio Abad." - "No tenemos, se vende muy poco. ¿No quiere un San Roque?" - "San Roque no me interesa").

* La posición del filme se transparenta en cómo se contraponen ciertos personajes. Caso 1: la chica de origen obrero que se va de la casa de su hermana a la de la actriz hedonista, renegando de su origen. Caso 2: la contraposición entre esa actriz a la que sólo le interesa vivir bien y su novio el militante comunista de la Resistencia (lo que a su vez funciona como una imputación al pasatista cine italiano de la era fascista). Caso 3: el desertor austríaco, el militante comunista y el cura en la prisión alemana (el desertor que no tiene nada por lo que pelear, salvo su pellejo, está aterrorizado y se suicida; los otros dos resisten horribles torturas y mueren dignamente sin delatar a sus compañeros).

* Detalle que hace luz sobre el carácter del torturador (algo similar pasa en "Brazil" de Terry Gilliam): la sala de torturas está a un paso del casino de oficiales donde los jerarcas alemanes tocan el piano, juegan a las cartas y beben alcohol en un clima de camaradería. La banalidad del mal, que le dicen.

* "No es difícil morir bien, lo difícil es vivir bien" dice el Padre Pietro antes de ser fusilado. Me hizo acordar al ahorcamiento de Saddam Hussein, un criminal que mostró en sus últimos momentos la dignidad que su vida no tuvo.

* Hay una impronta moralista muy obvia: la traición que condena a los protagonistas la comete una mujer despechada, para colmo de vida sexual liberal, hedonista y adicta a la morfina... Los héroes (el cura, el comunista) son ascéticos por igual. Además del maniqueísmo de que hay malos muy malos y buenos buenísimos...

* La respuesta que le da el cura a Bergman cuando le ofrece salvar su vida a cambio de delatar a sus compañeros (¡1945!) ayuda a entender a los sacerdotes que, dos décadas después, optaron por la Teología de la Liberación, como el padre Carlos Mugica.

* Desesperado, Bergman intenta quebrar a sus prisioneros machacando sobre las contradicciones de su alianza: intenta contraponer al cura con el comunista recurriendo al "Terror Rojo", o advirtiendo al comunista que sus aliados del círculo del General Badoglio los van a traicionar apenas los alemanes sean expulsados. Badoglio era un mediocre burócrata acomodaticio que lideraba a los monárquicos: que quede bien parado sólo se explica por cuestiones políticas del momento. Y Bergman expresa bastante bien los temores de los partidos italianos: de hecho, la CIA volvería a explotarlos para las elecciones italianas de 1948: sus millones ayudaron a la derrota del Partido Comunista a manos de la Democracia Cristiana...

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