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Cine Braille

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

V INVASIÓN EXTRATERRESTRE

Serie norteamericana producida por Warner Bros. para la cadena NBC en dos telefilmes en cinco partes y una temporada de dieciocho capítulos más uno no emitido originalmente y uno nunca filmado, 1983-85. Ideada por Kenneth Johnson. Con Marc Singer, Faye Grant, Jane Badler, Michael Ironside, June Chadwick, Robert Englund, Frank Ashmore, Blair Tefkin, Lane Smith, Richard Herd y elenco.

 

Y un buen día aparecen sobre cincuenta capitales del mundo otras tantas enormes astronaves. De ellas descienden unos seres gentiles de apariencia humana, que expresan sus intenciones amistosas hacia nuestra especie y su propuesta de intercambiar sus avanzadísimos conocimientos por algunas materias primas terrestres que necesitan desesperadamente. Nadie escucha a las voces desconfiadas que recuerdan la suerte de los galos con Julio César, los incas bajo Pizarro, los chinos frente a una flota de comerciantes de opio, los diplomáticos sudamericanos que deben negociar tratados de libre comercio con las potencias del Hemisferio Norte, porque el mundo está encandilado con los Visitantes. Son virales antes que nada haya sido viral, son TT décadas antes de Twitter, son instantáneamente instagrameables décadas antes de Instagram, gozan de un me gusta gigante décadas antes de que Facebook sacralice el megusteo. Es emocionante ver lo que estamos logrando juntos.
Pero, siempre hay un pero porque si no hay pero no hay historia, los científicos que descubren incongruencias en el relato Visitante empiezan a desaparecer misteriosamente. Un día un camarógrafo logra subrepticiamente imágenes sensacionales: los Visitantes son en verdad una raza de reptiles que usan una mera prótesis facial para asemejarse a los humanos. Las revelaciones se suceden: los extraterrestres vienen a saquear los recursos naturales del planeta (¡vienen por el agua!). Lo que es aún peor: vienen a servir al ser humano… en el sentido crudamente gastronómico del término. Pronto surge una activa resistencia a la invasión, pronto aparece una oposición interna entre los Visitantes que está horrorizada por lo que está pasando y que está dispuesta a colaborar con los humanos. Buenos personajes, una historia atractiva: el éxito de los telefilmes de 1983 y 1984 estaba servido.
Pero, siempre hay un pero porque si no hay pero no hay historia, este éxito llevó a la Warner y a la NBC a seguir el tradicional patrón de la TV de explotar una idea lograda hasta destruirla. La serie subsiguiente se fue desdibujando con el correr de los capítulos, y para peor fue castigada con unos recortes de presupuesto que obligaron a reutilizar secuencias grabadas para los telefilmes hasta límites autoparódicos: ciertas escenas de persecución entre vehículos aéreos visitantes eran literalmente siempre la misma escena, reiterada hasta el hartazgo.
Treinta y pico años de olvido defienden mi buen recuerdo de los comienzos de la saga. Los intencionados y sagaces paralelos con el nazismo y el Holocausto, con War of the Worlds, con la novela It can’t happen here de Sinclair Lewis, con el genial cuento To serve man de Damon Knight. El Polvo Rojo como arma bacteriológica contra los Visitantes, reverso exacto de la nevada mortal de El Eternauta. La memorable escena de la revelación de los hábitos alimenticios de los extraterrestres y su debilidad por la carne tal vez demasiado fresca. La perturbadora beba híbrido de humano y Visitante. El heroísmo de los simples vecinos que escondían a los perseguidos, la ceguera de los fanáticos que entregaban a sus amigos y familiares a los Visitantes por su bien, la estupidez de quienes no quisieron ver y la corrupción de los que vieron y no les importó. ¡Nada mal para una serie acerca de lagartos antropófagos del espacio interestelar!
Hubo una remake poco afortunada entre 2009 y 2011, que no merece más que esta línea.