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BAJO LAS OLAS: HISTORIA DE LOS SUBMARINOS
Desde los días en los que
el Capitán Nemo y su Nautilus surcaban los océanos
del mundo en las páginas de "Veinte mil leguas de viaje submarino",
de Julio Verne, la navegación bajo la superficie del mar ha excitado la imaginación
de varias generaciones. También, durante los terribles días de las dos guerras
mundiales del siglo XX, esas mismas generaciones aprendieron a temer (o admirar)
a esos sofisticados ingenios, que aún hoy tienen su importancia en el balance
estratégico global. Los invito a sumergirse (perdón...) en la historia del submarino.
"Y vivimos bajo
las olas / en un submarino amarillo" Yellow submarine, The Beatles, 1966 |
La idea de un navío que surque las aguas por debajo es
bastante antigua: el primer registro escrito se lo debemos nada menos que a
Aristóteles, quien afirma que su pupilo Alejandro Magno desarrolló un primitivo
submarino para reconocimiento hacia el año 332 antes de nuestra era. Obviamente,
carecía de motor alguno, y se impulsaba gracias a la fuerza muscular de sus
tripulantes.
La historia registra también los esfuerzos del inglés
William Bourne, quien diseñó uno en 1578, o el holandés
Cornelius Drebbel, que construyó un prototipo en 1620
(imagen de la izquierda - clic en ella para ampliar) estando al servicio del
rey inglés Jacobo I. El mismo era propulsado a remo, y fue probado en el río
Támesis. Los cosacos rusos, los rebeldes de
TRAS EL NAUTILUS
Fue entonces que la ficción vino en auxilio de realidad:
en 1870, el Nautilus del Capitán Nemo de "Veinte
mil leguas de viaje submarino" de Julio Verne despertó un renovado interés
por el empleo de naves submarinas. Fue así que, en 1881, el inventor polaco
Stefan Drzewiecki diseñó
un proceso que permitía la construcción en serie de submarinos a propulsión
humana. En 1884, el mismo Drzewiecki diseñó el primer
submarino con motor eléctrico, si bien de un modelo muy primitivo. El primer
verdadero submarino moderno fue construido por el ingeniero y marino cartagenero
Isaac Peral en 1888. Tenía un motor eléctrico, dos torpedos, y desarrollos
novedosos en maniobrabilidad y sistemas de aire, además de ser el primero en
contar con un sistema confiable de navegación bajo el agua.
El cambio de siglo trajo importantes avances técnicos.
El irlandés John Philip Holland diseñó submarinos
que usaban motor de combustión interna al navegar en superficie y motor eléctrico
en inmersión. Sus modelos pronto formaron parte de las flotas de Estados Unidos,
el Reino Unido, Rusia y Japón durante la primera década del siglo XX.
En junio de 1900, Francia botó el Narval, un submarino
con doble propulsión eléctrica y a combustión, que además fue el primero en
contar con un casco doble (uno dentro de otro, con las obvias mejoras en cuanto
a seguridad). Sus doscientas toneladas de desplazamiento tenían autonomía por
encima de
LAS GUERRAS SUBMARINAS
El ritmo de los avances aumentó brutalmente, como suele
suceder, cuando medió un conflicto bélico.
Empero, persistían unas cuantas limitaciones al empleo
de submarinos: por ejemplo, la navegación todavía se efectuaba básicamente en
superficie, y los submarinos se sumergían sólo para los ataques. Esto los hacía
muy vulnerables a la detección por barcos o aviones, y obligaba a los ataques
por sorpresa. Una consecuencia de ello fue el abandono de la costumbre de hundir
a un barco sólo después de haber intimado a su tripulación a abandonarlo, dándole
así la oportunidad de salvar sus vidas. No por nada se dice que
Fuera de la marina del Káiser, ninguna otra empleó submarinos
en gran escala, básicamente porque, tras las primeras semanas de la guerra,
apenas había barcos alemanes navegando los mares. Los únicos otros estados que
contaban con fuerzas submarinas de cierta envergadura eran el Reino Unido, Francia
y Rusia.
En el período transparentemente llamado de entreguerras
(1919-1939) hubo varios desarrollos novedosos. Uno de ellos ha sido casi olvidado:
el empleo de submarinos portaaviones. Estos navíos contaban con uno o dos pequeños
hidroaviones que se empleaban para reconocimiento aéreo, una actividad de suma
importancia antes de la invención del radar. Los primeros ejemplos fueron británicos
(el M2) y franceses (Surcouf), pero fue
Por esta época (1933) se incorporan los primeros submarinos
a
LOS LOBOS DEL MAR
En 1939 se desató una Segunda Batalla del Atlántico,
en la que los alemanes probaron otra vez la estrategia de cortar las líneas
de comunicación de las Islas Británicas. Para 1941, los astilleros germanos
producían submarinos en masa, con un efecto devastador, mas nuevamente fracasaron
por la intervención de unos EE.UU. que botaban barcos a mayor velocidad de la
que los alemanes podían hundirlos.
Los submarinos alemanes contaban con tecnología superior:
los llamados Tipo XVII usaban turbinas Walther a base
de peróxido de hidrógeno: los Tipo XXII, manejo mecánico de torpedos y mayores
baterías eléctricas.
Italia tenía una fuerza de submarinos moderna e importante
a comienzos de los años '30 pero, con los avances tecnológicos y las limitaciones
presupuestarias, se encontró con que la misma era obsoleta e incapaz de hacer
frente a las medidas antisubmarinas británicas: por ejemplo, sus buques sólo
navegaban bien en las condiciones relativamente tranquilas del Mediterráneo,
y su utilidad en el Océano Atlántico era escasa. Una innovación interesante
fueron los submarinos en miniatura, usados inteligentemente para atacar barcos
de
Japón era otro país con una flota importante, si bien
bastante ecléctica. Aún tenía en uso los viejos portaaviones submarinos, así
como submarinos en miniatura y hasta los Kaiten, una
especie de torpedos tripulados, aunque las estrellas de la flota eran los mayores
submarinos en servicio del mundo (los Sentoku I-400
- imagen de la derecha, clic en ella para ampliar) y los más veloces bajo el
agua (Sentaka I-200). Todo esto complementado con
los excelentes torpedos Tipo 95, propulsados a oxígeno. Sin embargo, su uso
causó un impacto relativo por cuanto, a diferencia de las alemanas, las tácticas
japonesas se centraban en el ataque a barcos de guerra, y no a los más lentos
y menos maniobrables buques de abastecimiento. Con el avance del conflicto y
el abrumador dominio del Pacífico logrado por
En cuanto a los Aliados, las fuerzas más importantes,
por mucho, fueron las norteamericanas, las que, por cierto, demostraron estar
a considerable distancia de las potencias del Eje:
Una curiosidad: los japoneses creían que los submarinos
norteamericanos operaban a una profundidad mucho menor a la que efectivamente
lo hacían, con lo que era muy común que las cargas de profundidad de
Durante los años '50, la principal innovación fue el
uso de reactores nucleares para propulsar a los submarinos, como fue el caso
del famoso Nautilus, botado en 1955 por los norteamericanos,
y pronto imitados por sus pares británicos, franceses y soviéticos. La energía
del reactor permitió desarrollar sistemas que destilaban oxígeno del agua de
mar, y si sumamos la mejora en los sistemas de navegación, pronto se pudieron
efectuar inmersiones que duraban meses. Así se lograron alcanzar objetivos hasta
entonces imposibles, como llegar al Polo Norte navegando por debajo de la banquisa
(algo que logró el Nautilus en 1958). Los límites
de la inmersión pasaron a ser, entonces, los de los suministros de la tripulación
y las cuestiones psicológicas: se descubrió que las inmersiones excesivamente
prolongadas desequilibraban a muchos tripulantes.
Esto no ocasionó que los submarinos de propulsión diesel
/ eléctrica se volvieran obsoletos: además de ser más baratos, son mucho más
silenciosos, y por ende mucho más difíciles de detectar. En
Las tácticas modernas prescriben el uso de submarinos
nucleares para proteger grupos de ataque liderados por un portaaviones, aunque
su principal utilidad reside en su capacidad de disparar misiles con carga atómica:
la dificultad para detectarlos impide que el bando atacante cuente con la seguridad
de poder lanzar un ataque sorpresa con armas nucleares sin recibir represalias.
Esta incapacidad de aniquilar al adversario en un primer golpe es la base de
uno de los pilares de las relaciones entre las superpotencias durante
En la actualidad, y además de las norteamericanas, las
otras fuerzas submarinas de importancia (bien que a una escala mucho menor)
son las británicas, las francesas, las rusas y las chinas. En todos los casos,
forman parte del dispositivo nacional de disuasión ante un ataque nuclear.
* Primer Batalla
del Atlántico (en inglés).
* Segunda Batalla
del Atlántico (en inglés).
* Historia
de los Submarinos (en inglés)
* Submarinos
de la Armada Argentina (en inglés)
* Comunidad Submarinista Latinoamericana.
* "Historia
del Siglo XX". Eric Hobsbawm. Crítica, Buenos Aires 1998 (reimpresión mayo
1999).
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